Rentabilidad de los huertos solares
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Transformamos la energía, generamos valor
Normalmente se concibe la energía solar como una única fuente de energía obtenida de la radiación electromagnética, de un solo tipo y sin distinción, pero lo cierto es que existen distintos tipos de energía solar que habitualmente se clasifican según la tecnología que se utiliza.
Esta clasificación según la tecnología que utiliza cada tipo de energía solar está basada en cómo se recibe la energía que proviene del Sol y cómo se transforma en energía para un uso específico.
Este tipo de energía solar se consigue mediante la colocación de espejos que aprovechan la energía del Sol para focalizarla en un punto concreto de un reflector. Así se consiguen grandes temperaturas como 2000ºC aunque también temperaturas menores como 300ºC o entre 35ºC y 60ºC para uso doméstico. También se utilizan además de los reflectores por espejos las centrales de torre y espejos parabólicos.
Para canalizar esta energía se utilizan bombas y ventiladores, lo que provoca gases de efecto invernadero indeseables.
A diferencia de la activa, este tipo de energía solar no utiliza ningún elemento mecánico ni para captarla ni para canalizarla. Esto supone una ventaja porque no se emiten gases de efecto invernadero pero lógicamente la generación eléctrica es menor. Lo deseable sería un sistema híbrido donde las propias bombas y ventiladores se alimentaran de la energía solar fotovoltaica.
La forma más antigua de aprovechamiento de la energía solar es la de arquitectura bioclimática, es decir, la aplicación del principio de pasividad a la construcción de edificios para poder captar la energía solar sin tener que añadir mecanismos para transformarla en otros tipos de energía. La revolución industrial acabó con este principio ya que se generalizaron los mecanismos productivos de energía.
La energía solar térmica o termosolar consiste en el aprovechamiento de la energía del Sol que puede utilizarse para usos domésticos como cocinar alimentos, calefacción aunque no todo el suministro necesario (en torno al 20%) o para alimentar un circuito cerrado o abierto que calentará el agua del hogar. Este tipo de energía es muy eficiente ya que la energía solar se convierte directamente en energía eléctrica.
Consiste en captar la energía solar mediante una instalación fotovoltaica de paneles. Este tipo de energía ha avanzado en gran medida gracias a las nuevas tendencias medioambientales de la sociedad que promueven el uso de energías renovables.
Un panel fotovoltaico está constituido por células solares que consiguen captar la energía solar y transformarla en energía eléctrica mediante el efecto eléctrico. En cuanto al rendimiento eléctrico de los paneles fotovoltaicos, los más altos se consiguen mediante los colectores solares térmicos a baja temperatura.
Los paneles fotovoltaicos tienen un gran potencial para el futuro ya que se han hecho grandes avances en cuanto a la flexibilidad de las células solares que los componen. Desde 2011 el precio de la energía fotovoltaica cayó por debajo del de la energía nuclear y la tendencia es que los precios sigan disminuyendo con el paso del tiempo.
Además, son muy apropiados para zonas rurales que cuentan con sistemas eléctricos muy anticuados o incluso que carecen de red eléctrica.
Es un sistema que combina la energía solar usando paneles fotovoltaicos con otra fuente de energía. Dependiendo de qué fuente de energía sea la complementaria a la energía solar se distingue entre sistema híbrido renovable o no renovable. El renovable utiliza fuentes de energía naturales que no se agotan, ya sea porque producen una gran cantidad de energía o porque sus condiciones le permiten regenerarse por medios naturales. Este tipo de energía es de las más demandadas ya que es respetuosa con el medioambiente y es económicamente sostenible. Ejemplos de energías renovables son las de biomasa y las eólicas en las que se profundizará más adelante El sistema híbrido no renovable utiliza combustibles fósiles como petróleo, carbón, gas natural y gas licuado de petróleo.
Existen dos grandes tipos: El parque eólico donde la energía se obtiene del viento que circula al aire libre y las torres solares que funcionan mediante una chimenea que contiene un aire que es calentado directamente por el sol. El aire calentado pasa a la chimenea por unas turbinas que aumentan aún más la temperatura del aire y que se queda almacenada en la chimenea para su posterior uso y canalización.
En general, el futuro de un crecimiento económico sostenible pasa por dejar a un lado los combustibles fósiles contaminantes y avanzar hacia el aprovechamiento de energías renovables como la energía solar fotovoltaica.
Fuente: Anbelo Solar
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